La red telefónica conmutada clásica dispone de un establecimiento estrictamente jerarquizado y presenta una estructura en estrella. Las líneas de participantes individuales se conectan con una central local que a su vez se comunica con centrales remotas, principales y de intercambio. Las conexiones de una región de red local se identifican, por regla general, a través de un prefijo local. Si se establece una conexión desde fuera de la red local, se le antepone un cero al número de teléfono del participante cuyo prefijo llega desde fuera. En el caso de las conversaciones con el extranjero primero hay que seleccionar el código del país. Estos se reconocen porque están precedidos de dos ceros.
Gracias a la introducción de la telefonía Voz sobre IP (VoIP) se ha ido reemplazando la red telefónica conmutada clásica. La Voz sobre IP utiliza Internet para la comunicación por habla y transmite los datos orales como paquetes de datos individuales. Al contrario de lo que ocurre con la red telefónica conmutada, no se establece ninguna conexión estática entre los participantes, sino que los datos se enrutan de manera dinámica en una especie de conexión virtual a través de la red de datos. Como cada paquete de datos posee una dirección, los paquetes pueden incluso tomar distintas rutas en la red. En el otro lado de la línea, estos paquetes se ordenan correctamente y se vuelven a transformar al habla analógica.