Un contestador automático es capaz de aceptar llamadas perdidas y saludar a la persona que llama con un mensaje personalizado. Después de que el mensaje se reproduce, ofrece la opción de dejar un mensaje que la persona llamada puede escuchar a su regreso. La aceptación de llamadas por parte del contestador automático puede configurarse de varias maneras: Los contestadores automáticos pueden configurarse para que sólo reproduzcan un mensaje corto, sin la opción de grabación posterior. Pueden responder a cada llamada inmediatamente o después de un cierto número de timbres. También se pueden configurar para que no se acepten llamadas. Los contestadores modernos también pueden almacenar llamadas de fax para que estén disponibles para su posterior recuperación o impresión. Los primeros aparatos estaban equipados con cinta magnética de audio, en la que se almacenaban los mensajes de bienvenida y los mensajes de llamada. Los contestadores modernos están casi exclusivamente equipados con almacenamiento digital.